Blog

Consejos para el miedo a hablar en público

Te dejo una entrada extraída de www.bloogie.es. No comparto el 100%, pero me ha resultado ciertamente interesante. ¿Me dejas saber tu opinión?

Miedo a hablar en público: consejos para superarlo

A menudo hablar en público es una tarea ante la que se siento miedo. El miedo escénico junto a lo directo de una presentación oral puede dar lugar incluso a ataques de pánico. El primer consejo es obvio: prepárate la exposición a fondo. Vamos a ver otros consejos y técnicas que pueden resultar muy útiles para enfrentarse al miedo de hablar en público y, aunque no seamos unos oradores fantásticos, salgamos al paso con soltura y eficacia.

Hablar en público, ¿por qué da miedo?

Ni lo mejores actores se libran del miedo escénico, ¿por qué quieres librarte tú? El miedo escénico es el principal motivo de la ansiedad ante una situación en la que nos veamos obligados a hablar ante un público numeroso. Esta necesidad puede darse en muchas situaciones: por ejemplo dar una charla para presentar un trabajo en clase, participar como conferenciante en un coloquio o simplemente exponer una duda a un profesor. Creo que se puede decir que a todos nos da miedo hablar en público aunque en distintos grados. No obstante, es una habilidad que se puede adquirir y mejorar con la práctica aunque no seamos unos oradores natos ni tengamos un gran carisma.

Los principales motivos que generan el miedo escénico es la sensación inseparable de ser observados, examinados e incluso juzgados detenidamente por el público. Esto causa ansiedad y, en ocasiones, pánico que puede paralizarnos. En este sentido el público es percibido como el enemigo a nuestro discurso, no como el objetivo.

 

Síntomas de la ansiedad y miedo a hablar en público

La ansiedad que genera el miedo a hablar en público suele manifestarse con diversos síntomas que se pueden dividir en síntomas fisicos y psíquicos/emocionales.

Entre los síntomas físicos más habituales están:

  • temblor
  • sudoración en frente y/o manos
  • aumento frecuencia de los latidos del corazón
  • aumento de la tensión muscular
  • pérdida de concentración
  • molestias en el estómago como dolor y gases
  • temblor en la voz
  • mareos, vértigo

Y de los síntomas psíquicos y emocionales destacan miedos, temores y preocupaciones frecuentemente irreales y desproporcionados como:

  • temor a no ser valorado o a ser infravalorado
  • temor a ser evaluado
  • miedo a quedarse “en blanco”
  • miedo a un posible fracaso
  • vergüenza

Estos pensamientos y emociones pueden verse como normales, el problema está cuándo se presenta de forma desproporcionada. Esta desproporción causa la ansiedad y el pánico y lleva al organismo a un estado de alerta produciéndose los síntomas físicos.

Consejos prácticos para mejorar las habilidades de comunicación en público

Antes de nada decirte que no puedes pretender eliminar los nervios ante una cita en la que tengas que hablar en público. Lo primero para mejorar las habilidades de comunicación es querer y estar dispuesto a aprender y tener autodisciplina.

Primer paso: la preparación

Cambia el pensamiento acerca del público como enemigo, el público está interesado en el tema de tu discurso y necesita al que expone (tú), su experiencia y/o conocimientos específicos del tema. Comienza a intentar no esconderte o pasar desapercibido en reuniones u otras situaciones en las que se requiera hablar ante un número más o menos grande de personas para que vayas aprendiendo a llevar el nerviosismo que siempre generan estas situaciones y aprendas a controlarlo. Si vas esquivando estas situaciones y dejas que todos los nervios se centren en el día en el que tengas que ser tú el orador principal la ansiedad y el miedo será mucho mayor.

Un entrenamiento básico para comenzar es hablar y realizar exposiciones ante un público con personas que conozcas y de número reducido. Esto te servirá para irte soltando además de poder aceptar las críticas que te hagan para mejorar tus puntos débiles.

Con este cambio de chip has de comenzar a prepararte la exposición. Tu diálogo y discurso debe ir preparado a conciencia. Has de dominar el tema a la perfección, cuánto más domines el tema más seguridad sentirás. Profundiza todo lo que puedas, incluso más de lo estrictamente necesario para tu intervención en público. Pero tampoco te obsesiones.

Otro punto de suma importancia es realizar un esquema de la exposición que vas a realizar. Lo primero que debes poner en él es el tema principal de tu charla y el objetivo de la misma (exponer información, enseñar, convencer, etc). En este esquema estará planificado la secuencia de los puntos que vas a tratar y el tiempo aproximado de cada punto. En cada punto puedes incorporar un esbozo del contenido, el objetivo y el propósito de lo que hablarás en este punto. Esfuérzate en la elaboración del esquema y tenlo presente día a día, ensaya con él. Si haces un buen esquema puedes incluso utilizarlo el día de la exposición o charla en público, y si has trabajado con él a diario te dará confianza.

A lo largo de esta preparación y ensayos puedes ir incorporando actitudes o comportamientos según la información que vayas teniendo sobre el público ante el que vas a hablar. Normalmente sabrás ante que número de personas hablarás aproximadamente, lo que esperan de ti, quienes son, etc. Cuánta más información tengas sobre el público mejor. Incluso puede influir en la forma en que documentes tu charla. En este punto hay que tener cuidado con no pasarte y llegar a pensamientos del tipo: “Tengo que seguir preparándome”, “Aún no estoy preparado”, “Aún no domino el tema”, “No voy a llegar al nivel esperado”, y pensamientos del estilo cuándo en verdad sabemos que sí y estos pensamientos son fruto del miedo. Deja un lado la obsesión y el perfeccionismo extremo.

Antes de seguir, dejar muy calro que nunca debes prepar un discurso de memoria e intentar hablar en público con algo aprendido al pie de la letra.

Durante la charla

A medida que se aproxima el momento de hablar en público el miedo se agranda y los síntomas de la ansiedad se intensifican. Puedes hacerte con algunos ejercicios y técnicas de relajación. También pueden ser útiles ejercicios físicos y de relajación muscular. El objetivo es liberar tensión y disminuir el grado de estrés. Puedes realizar una tabla de estos ejercicios justo antes de que comience la charla o exposición en público.

Al momento de tener que hablar en público casi seguro que comenzarás a decirte cosas a tí mismo de un tinte negativo pero también puedes decirte cosas positivas. El diálogo interior con nosotros mismos podrá intensificar la ansiedad y miedo escénico o, por el contrario, ayudar a disminuir la ansiedad. Cambia unas frases por otras como “no puedo”, “no lo voy a lograr” y similares por “Sí puedo”, “soy capaz”, “estoy preparado”, etc. Y es que en realidad sabemos que podemos y que somos capaces, dejar que los pensamientos negativos nos invadan no tiene sentido.

Para cambiar los pensamientos negativos podemos utilizar varias técnicas de auto-ayuda. Hay miles. Una que para mí es útil es utilizar visualizaciones, ver en nuestra mente imágenes de nosotros mismos dominando la charla, mostrando seguridad al hablar en público y dominando la situación. Incluso puedes imaginarte cómo el público te escucha interesado y motivado por lo que estás contando.

Seguro que entre los oyentes hay alguien que conoces, tanto si es así como si no, puedes intentar hablar con alguno antes de que te toque hablar. Esto te dará más confianza y, por consiguiente, más seguridad, te relajará de forma muy significativa; intenta hablar con alguno de los oyentes antes de tu intervención. Si no has podido, tienes la opción de buscar entre los oyentes a una persona que te inspire más confianza que los demás. Cuándo te sientas que vas a empezar a ponerte más nervioso busca su mirada. Haz esto también cuándo el discurso necesite de mayor seguridad.

Ahora llega el momento, te toca salir al escenario. Es tu turno para hablar. Para comenzar puedes presentarte y hablar un poco de tí, de por qué estás en ese sitio y lugar dispuesto a hablar. Habla de los intereses que tienes en el tema. Esto ira rompiendo el hielo. Ten siempre el guión o esquema con el que has estado preparando la exposición. Si no lo puedes tener físicamente ten su imagen en tu cabeza siempre presente. Y síguelo para evitar que te pierdas o que los nervios que tejen en blanco sin saber que decir. Este guión te ira guiando, valga la redundancia. Puedes haber preparado también algunos puntos para utilizar en caso de que te pierdas. Durante la charla, si te pones muy nervioso, puedes canalizar esta ansiedad si puedes moverte por el escenario o si dejas que los oyentes intervengan.

Después de hablar en público

Después de haberte enfrentado a un discurso, exposición o charla en público analiza la exposición. En este análisis busca tus puntos fuertes así como tus puntos débiles. El objetivo es identificar qué es lo que te produce estar bien cuándo hablas en público y qué es lo que te provoca nervios o ansiedad. Una vez identificados estos puntos estarás listo para comenzar a buscar soluciones, a practicar las partes que tengas más flojas y fortalecer las habilidades que ya tengas asentadas.

Para que este miedo inherente a hablar en público se vaya haciendo cada vez más suave y más llevadero sigue siendo importante que te enfrentes a situaciones diarias en las que se requiera hablar ante personas, aunque no sean muchas, no evites estas situaciones, harán de entrenamiento. También puede ser recomendable en muchos casos recibir clases de oratoria y exposición en público; estos cursos enseñan técnicas específicas y dan un buen entrenamiento pero suelen ser bastantes caros.

Referencias y fuentes

  • ALCOBA, S. (2000): La expresión oral. Barcelona: Ariel.
  • BREHLER, R. (2000): Prácticas de oratoria moderna. Mostrarse seguro, hablar convincentemente. Madrid. Editorial El Drac, 2ª ed

 

Entradas recientes