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¿Te has tirado un pedo? Tu primer efecto hipnótico.

Muy a menudo me encuentro con gente que afirma no creer en la hipnosis. Gente que afirma que es todo mentira, o un invento del cine. En cierta ocasión, trabajando Street Hypnosis en una plaza, tenía a una dama tumbada, pegada al suelo. La orden hipnótica que había recibido era un clásico: un pegamento infinitamente poderoso te suelda al suelo. Ella estaba disfrutando grandemente su experiencia bajo hipnosis, y mientras intentaba, sin éxito, despegarse, su novio dijo una frase, intentando hacer de menos el improvisado espectáculo, que nos llamó la atención poderosamente a mi amigo Carlos, también hipnotista, y a mí: ´Pero… ¡esto es solo sugestión!´

Poco se imaginaba aquel muchacho lo tremendamente acertado que estaba.

La realidad tras todo esto, es que mucha gente se ha formado una idea equivocada de la hipnosis merced a los cómics, el cine y la literatura. Por supuesto, la teatralidad de los que hacemos espectáculo tampoco suele ayudar. Pero tras lo que intentaba ser un esfuerzo de racionalizar lo que estaba viendo, no se ocultaba más que la verdad: toda sugestión es hipnosis.

Cuando tu inteligencia emocional se ve seducida por una gran película, y lloras al ver la muerte de un protagonista, estás reaccionando a una sugestión. Una especialmente elaborada, que combina imagen, luz, sonido y música, pero que tú a fin de cuentas sabes falsa. En ningún momento piensas que esté ocurriendo de verdad. Piensa en lo poderoso, además, que es el contexto para una sugestión: una historia cualquiera de fantasmas, contada a las doce de la mañana en una playa soleada no provocará jamás el mismo efecto que la misma historia, contada entre susurros, a las doce de la noche en una casa abandonada junto a un cementerio en mitad de un espeso bosque.

La sugestión es un arma muy potente. Darwin Ortiz, el gran cartomago y experto en trampas de juego, dice en su gran obra ´La Buena Magia´ dedica un capítulo entero a este tema. Uno de los baremos que trata para intensificarla es lo que llama Deseo. Viene a decir que si deseamos ver algo, acabaremos viéndolo. Lo ilustra con una devastadora declaración: ´Por eso los curanderos tienen tanto éxito. Sus víctimas están desesperadas por creer que hay una cura milagrosa. Esa es la razón por la que los mediums engañan también a sus víctimas, aún con métodos rudimentarios. Son personas con el corazón enfermo por una pérdida y quieren creer que sus seres queridos no han desaparecido para siempre.´

Anne Germain – La popular medium de Telecinco. Muy pronto os contaremos la técnica tras la mentira.

Y tras estas profundas reflexiones y haber dictado sentencia con ayuda del señor Ortiz… viene el porqué del título.

El sentido más facilmente sugestionable en el ser humano, es precisamente ese que menos desarrollado tenemos como especie: el olfato. Pese a que generalmente está más desarrollado en mujeres que en hombres, apenas hay diferencia si lo comparamos con otras especies, inclusive muy cercanas. La aparente intangibilidad del estímulo también contribuye. La vista es nuestro sentido principal, por eso es la que con más precisión funciona (de hecho, los ilusionistas no engañamos a la vista, engañamos a la atención), el oído nos permite saber de qué dirección vienen los sonidos, y el tacto, la piel, es el órgano más grande del cuerpo humano y tiene nueve tipos de receptores diferentes. Pero el olfato… es el hermano crédulo de esta familia.

Así que te propongo un sencillo experimento para que empieces a jugar con la sugestión: cuando te encuentres en un lugar cerrado, olfatea claramente un par de veces y dile a tus interlocutores con cara de extrañeza ´¿No oléis nada raro?´. Por supuesto, si te sientes valiente, puedes emplear la frase del título. Y cuando lo hayas hecho varias veces, dale identidad a los olores. Verás lo sencillo que es sugestionarlos para que crean estar oliendo lo que quieres.

Bienvenido al Lado Oscuro.

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