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Ben Affleck, Batman y el arquetipo Gibson: 7 razones por las que el Caballero Oscuro excita fantasías de porcelana
Como acérrimo fan de Batman desde que tengo uso de razón, recibo con agrado y con sorpresa la notica de que Ben Affleck va a ser el nuevo Batman. Con agrado porque un nuevo proyecto para la pantalla grande de mi personaje de cómic favorito continua avanzando y con sorpresa por la elección del actor.
No te confundas: me encanta Ben Affleck cómo actor. ¿A qué friki no le gustaría? Kevin Smith lo ha convertido en un icono para los consumidores de subcultura gracias a Mallrats y toda la saga que lo prosiguió. Sin embargo, los personajes que ha interpretado nos resultan chocantes con la aparente rudeza necesaria para interpretar a un atormentado y musculoso justiciero. Y tener cara de niño bueno no se lo pone más fácil.
¿Por qué nos ha resultado chocante? Porque Batman, el Caballero Oscuro, es un Gibson.
¿Qué demonios es eso de un Gibson?
No te asustes: no me he vuelto loco y es que quiera ver a Batman con la cara pintada y llevando falda (aunque lo he visto vestido de cebra). Walter B. Gibson fue un escritor de novelas Pulp (y por cierto, ilusionista profesional) autor de un volumen calculado en el de más de 300 novelas. Su obra más conocida es La Sombra, el primer modelo de detective oscuro y justiciero, que sirvió como modelo para todos los que vinieron después. Te hablo del principio de los años 30. La época grande de la novela pulp y muy, muy poquito antes de que apareciese un curioso género de cómic que mezclaba fantasía con ciencia ficción y que explotó con la aparición del chico de la capa: Superman. Te hablo de los cómics de superheroes.
Cuando la popularidad de Superman apenas comenzar a publicarse empezó a dispararse por las nubes, la editorial rival, Detective Comics (que, efectivamente, publicaban tebeos y relatos de… detectives) pidieron al autor Bob Kane una idea para hacerle frente. Por supuesto, en una publicación que se dedicaba al misterio y la investigación, un ser superpoderoso venido de otro planeta hubiese quedado un poco rarito. Así que hicieron su montaje con lo que tenían a mano: los detectives oscuros.
Batman es el más popular de ellos y es por derecho propio un icono de la cultura pop. Pero al igual que Superman triunfó por representar una fuerza imparable que se oponía a los malvados, y más tarde por ser limpio y luminoso, los Gibsons, los detectives oscuros, siempre nos han encantado por muchos motivos. Déjame decirte por qué en storytelling este arquetipo es tan poderoso. Déjame contarte siete razones por las que me han fascinado desde que abrí, con 7 años, aquella versión en español de Detective Comics nº 275, publicado originalmente en 1960:
1) Elegancia: los detectives oscuros son siempre elegantes. De hecho, hasta bien entrados los 80, en los cómics ni siquiera se les rasgaban las vestiduras en los combates. La Sombra lucía siempre un traje impecable con un nudo Wilson, sombrero y una capa de caballero de espectacular forro rojo. ¿En serio no te gustaría correr por los tejados pegando tiros sin que se te menease un milímetro la corbata?
2) Misterio: un Gibson siempre se encuentra rodeado de misterio. Bien por su propia naturaleza (muchos de ellos eran ocultistas o discípulos de extrañas artes orientales) o si son meros humanos, como el propio Bruce Wayne, rodean su personalidad de un hermetismo que resulta inalcanzable al resto de personajes que lo acompañan. ¿No te habías dado cuenta de que todas las chicas se preguntan qué piensa el chico misterioso?
3) Justicia: la esencia de estos arquetipos es una muy curiosa visión de la justicia. Esencialmente, casi todos desfilan por la delgadísima línea que en el imaginario narrativo separa la justicia de la venganza. Si te digo que Batman originalmente usaba pistola y no dudaba en usarla, seguramente te hagas una idea de lo que hablo. Recuerda que cuando se escribían las novelas pulp, los Estados Unidos no disfrutaban de su momento de máximo esplendor en seguridad ciudadana. Esto, además, se suma al poderoso captador de atención, presente en toda la literatura: el hombre solitario que toma la justicia por su propia mano. Piénsalo y respóndete con sinceridad: ¿nunca has querido ser el instrumento de la justicia… o de la venganza?
4) El encanto de las sombras: por si no te habías dado cuento (y obviando la etapa camp de los cómics en los 60) las aventuras de un Gibson suceden de noche. Muchos de los que tienen poderes solo pueden emplearlos cuando ha caído el sol, otros se ven obligados a actuar en las horas en que los malvados deciden actuar. Teniendo en cuenta que la línea del bien y del mal en estos personajes es, como poco, difusa, a menudo ellos mismos se confunden con las sombras que quieren proteger. Y por supuesto, viven libres de un temor que a muchos nos acecha: ninguno tiene miedo a la oscuridad. ¿No te gustaría no haberlo tenido jamás?
5) El peligro de la mujer fatal: dado que la mayor parte de los lectores originales eran hombres y que la sociedad norteamericana de los años 20 y 30 era mucho más machista que hoy, no es de extrañar que el grueso de los héroes fueran así mismo hombres. Usualmente, la comparsa femenina era una débil damisela que debía ser rescatada una y otra vez. Para nuestros oscuros protagonistas esto cambiaba. Mujeres igual de astutas y peligrosas que ellos poblaban sus aventuras, a menudo como imposibles y letales intereses románticos. Tiene un ejemplo en la cabeza: Catwoman. Ella no es precisamente una damisela que necesite ser rescatada. Piensa lo que esto representaba en la época: mujeres de sexualidad y moral completamente libre, viviendo aventuras con independencia de padres y maridos. Chicas, esto es para vosotras: ¿nunca habéis querido ser la poderosa y misteriosa heroína que se funde con las sombras?
6) El reino de la ilusión: muchos de los Gibsons guardan una muy íntima relación con la magia. Bien con el ocultismo, porque sus poderes provenían de exóticas e inexplicables fuentes, o bien porque eran maestros ilusionistas que empleaban su arte para confundir a sus enemigos. Mentalistas, hipnotizadores, expertos magos de salón, brujos y ocultistas eran a menudo estos personajes, que te recuerdo, fueron coetáneos de la época clásica de la prestidigitación. Recuerda que Gibson fue mago profesional, y escritor negro del mismo Houdini. Batman, sin ir más lejos es el mejor escapista del universo DC. ¿A quién no le gustaría pasearse por los reinos de lo desconocido?
7) La redención del héroe: el Gibson no es un personaje luminoso. No es limpio, ni exasperantemente noble ni siempre tiene razón. Y es, por desgracia para él, rematadamente humano. Eso, sumado a todo lo anterior, los hace candidatos perfectos para ese recurso dramático que tanto nos gusta de ver sufrir lo indecible al héroe para que luego resurja de sus cenizas. Batman, el invencible señor de la noche tuvo que ver morir a sus padres delante de sus ojos para convertirse en leyenda. ¿Nunca has admirado a esas personas que sobreviven a todo tras sufrir lo indecible?
Y a ti: ¿por qué te gustan los Gibsons?