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Cómo hacer entrevistas de trabajo: las 5 cosas que haces MAL, idiota (y el asombroso caso del currículum mutante)

Estoy seguro de que te ha pasado: te llama un número desconocido. Descuelgas. Te convocan para una entrevista de trabajo. Y según oyes la palabra ´trabajo´ entras en pánico. ¿Qué hago? ¿Qué digo? ¿Qué me pongo? Nervios, voz entrecortada, llanto, vómitos y llagas psicosomáticas.

Y llegado el momento de entrar a la sala… ¿cómo demonios tengo que comportarme? ¡Negros nubarrones se ciernen sobre mí!

En mi experiencia seleccionando personal para campañas de venta, captación de fondos y eventos se cometen siempre decenas de errores garrafales. Te voy a señalar los cinco que para mí dejan a alguien automáticamente fuera. Hay un punto cero: no es por algo que se haga mal. Es por que sé que NO has hecho. Aunque debías.
0) Documentarte sobre quién te entrevista: muy pocas cosas dan peor imagen en un proceso de selección que dejar claro que no tienes ni idea de quién te está llamando ni en qué lugar te encuentras. No preguntes jamás ´de qué oferta era´, porque eso significa dos cosas: que no tienes ni idea de dónde te has inscrito y que no estás escuchando a la persona que te lo está explicando. Y hazme un favor: antes de acudir a la cita entra en Internet. Entérate de quiénes son, qué hacen, qué proyectos han sacado adelante y con qué gente. Es un trabajo de 15 minutos que puede cambiar la entrevista entera. Infórmate y pisa en firme.

1) Mirar al suelo: cuando entrenando artes marciales hacía o terminaba las técnicas mirando al suelo, mi senpai me daba un formidable colleja y me regalaba una frase. ´En el suelo están todos muertos´. Lo que Juan me estaba queriendo decir es que debo ser yo quien mantenga el control de mí mismo. No bajes la mirada, no pierdas la guardia tras cada frase, tras cada estocada. No se trata de decir una frase y morir, ni de lo contrario: evita la mirada fija de psicópata. La manera más sencilla de lograrlo es aprender a respirar y a visualizar para poder entrar en un estado de calma a la entrevista. Pero sé que quieres un truco práctico. Está bien: si no sabes dónde mirar, mira al entrecejo. Al del interlocutor. No al tuyo.

2) No escuchar: los entrevistadores frecuentemente emiten mucha más información de la que ellos creen. Aunque muchos se consideran expertos en lenguaje corporal porque han ido a un taller carísimo de cuatro horas, la realidad es que en esta labor hay gente excelente y auténticos incompetentes. Escucha siempre lo que te están diciendo. En sus palabras hay más datos de los que piensan. Una técnica habitual es dejar hablar todo lo posible al entrevistado, para detectar incoherencias en su discurso o vislumbrar el alcance de su empatía y habilidades sociales. Dosifica esto: a veces es una trampa. 

Con todos ustedes… ¡El currículum mutante!

3) El asombroso caso del currículum mutante: te voy a contar un caso real. Me sucedió en León, seleccionando personal para una multinacional de captación de fondos. Recogiendo los currículos un muchacho me entrego una pelota de papel. Era el suyo. Y no. No era una novedosa técnica de diseño alternativo. Era un currículum hecho en word a toda prisa y arrugado en forma de pelota. Sé que mientras te ríes piensas ´yo nunca haría algo así´. Pero es posible que estés haciendo algo peor: ser anodino. ¿Se diferencia tu currículum en algo al de los demás? Por suerte o por desgracia, el impacto visual es lo que prima en el primer vistazo a los currículos.

4) Mentir: se llama Araceli. Es la mujer que me enseñó a vender. Fue cuando trabajaba vendiendo productos financieros para ING Direct. Te diré sus palabras textuales: ´se trata de vender todo lo posible. Pero nunca mientas. Enamora, seduce y engalana. Pero no mientas jamás.´ Esas palabras que me han acompañado desde entonces resumen a la perfección cómo debes venderte en una entrevista de trabajo. Piensa que siempre se busca un perfil concreto, y o lo das o no lo das. Siempre está bien que optimices la manera en que comunicas quién eres, y el mero hecho de llevar un currículum bien diseñado ya es esto. Henning Nelms, actor y mago nos lo cuenta a quienes actuamos: si vas a ser tú mismo piensa enuna versión perfecta de ti mismo. Pero no cuentes, afirmes ni digas nada que sea objetivamente falso. No solo es probable que te pesquen y te quedes fuera: es que es posible que te pesquen estando dentro. No volverás a entrar en ninguna parte.

5) Creértelo todo: en internet (e incluyendo esta entrada de este blog) rueda mucha información sobre cualquier tema. Este no es una excepción. Así que lo sensato será que leas, te relajes y practicas. Pero te ilustro este punto con una anécdota. También trabajando en León, me llegó un chico estirado como si tuviera un palo en el culo. Sí, he dicho culo. Con los ojos completamente abiertos y sacudiéndome la mano como si me la quisiera arrancar. No parpadeó ni interrumpió la mirada ni un solo instante. Al acabar la entrevista, se lo tuve que preguntar: ¿por qué? Me dijo que había leído en Internet que para transmitir seguridad había que caminar derecho, mirar a los ojos y dar la mano fuerte. Lo que me transmitió aquella especie de monstruo de Frankenstein fue más bien terror. Lee. Entiende. Deduce.

Yo mismo, en pleno Efecto Frankenstein.

 

Bonus track: la trampa mortal de los tres falsos defectos. 

¡No se lo cuentes a los que trabajen en selección de personal! Les gusta mucho creer que solo lo hacen ellos, y que es una compleja trampa psicológica. ¿De qué hablo?

De la famosa pregunta a la que tan aficionados somos en estos procesos: ´dime tres cualidades tuyas y tres defectos´.

En realidad, te sorprendería la poca gente que hace esta pregunta sabiendo por qué. Pero no es lo que quiero decirte: solo te comunico que absolutamente TODO el mundo dice lo mismo cuando dice los tres defectos: ´soy muy cabezota´, ´hasta que no consigo lo que quiero no paro´ y ´me exijo mucho a mí mismo´, en cualquiera de sus variantes.

Hazte un favor: sé memorable.

Y ahora cuéntame en los comentarios: ¿qué es lo que más te preocupa de las entrevistas de trabajo?

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